La luna cubrirá totalmente el disco solar y gracias a esa oscuridad se podrá observar incluso estrellas durante el día por cerca de cuatro minutos.
Un eclipse total de sol será visto hoy por cerca de 30 millones de personas, mientras avanza por México, Estados Unidos y Canadá. El evento esquivará Bolivia y toda la región. El país no podrá ser testigo de otro eclipse total, como el de 1994, hasta más allá del año 2130.
“El lunes acontecerá un eclipse total de sol, es decir, que la sombra de la luna, en realidad la luna cubrirá completamente el disco solar. Como la sombra de la luna es pequeña —estamos hablando de unos 200 kilómetros de diámetro—, solo los que están directamente debajo de la sombra podrán verlo como un eclipse total”, detalló Rubber Muñoz, investigador del Planetario Max Schreier.
Según el experto, muchos otros podrán verlo como un eclipse parcial. La “franja de totalidad”, es decir los lugares que atestiguarán un eclipse de sol total, pasará por diferentes regiones de Norteamérica, y los últimos países en ver un poco del espectáculo serán Panamá y Colombia.
“Entra el eclipse por Mazatlán, por la costa del Pacífico en México, pasará por una parte del desierto y continuará su camino por Estados Unidos, atravesará por ciudades importantes como Dallas e Indiana. Mucha gente vive por esta zona, cerca de 300 millones de personas, y otro tanto más se trasladará para verlo”, explicó el experto nacional.
La franja de totalidad es bastante angosta y este tipo de eventos no suele durar ni cinco minutos. Por eso, poderlos presenciar es una gran suerte, algo “extraordinario” que pocas personas experimentan en su vida.
En Bolivia, el último eclipse total de sol sucedió el 3 de noviembre de 1994 y Potosí fue el único lugar que fue parte de la franja de totalidad, aunque todo el país pudo ver un eclipse parcial. Por ello se armaron campamentos en el recorrido del eclipse, de forma que la mayor cantidad de gente pudiese verlo.
Se vendieron y distribuyeron muchos visores y se capacitó a la población para que no se lastimara la vista al ver hacia el Sol. Fuera de esos peligros, no existe ningún tipo de efecto sobre el planeta, ya que en realidad la Tierra, el sol y la luna continúan exactamente en el mismo lugar.
“Es un espectáculo conmovedor. Quien esté debajo de la sombra de la luna va a poder ver algo irreal, será testigo de cómo todo su entorno se oscurece, se pueden incluso ver estrellas y una luz crepuscular en todo el horizonte. Incluso se llega a observar la corona, región externa del sol, que no es tan brillante. No es algo estático, es una experiencia dinámica y también fantasmal”, aseguró Muñoz.
A pesar de que la humanidad puede calcular y predecir cuándo sucederán los eclipses desde hace cerca de 3.000 años, los científicos aún pueden aprender y obtener datos cada vez que algo así ocurre. Lo que implica que los eclipses tienen importancia científica, simbólica y emocional, también.