En la sesión de honor de conmemoración de los 215 años del grito libertario del 16 de julio de 1809, en la que participaron los tres niveles del Estado —Gobierno central, departamental y municipal— el presidente Luis Arce destacó la significativa gesta histórica que marcó el inicio de la lucha por la independencia y la libertad en el país.
La ceremonia, que se desarrolló en Casa Grande del Pueblo, sede de la Presidencia del Estado, contó también con la presencia del vicepresidente David Choquehuanca, mandos policiales y militares y organizaciones sociales.
En su discurso, el mandatario subrayó la valentía de los hombres y mujeres que lideraron la revolución en La Paz, destacando nombres emblemáticos como Pedro Domingo Murillo y Vicenta Eguino, cuyos sacrificios cimentaron los valores de libertad y soberanía.
«La revolución del 16 de julio de 1809 no solo fue un acto de valentía, sino un faro de inspiración para toda América Latina», expresó Arce, resaltando el impacto profundo que tuvo en la región, motivando movimientos similares en otras naciones del continente.
«Es nuestro deber honrar la memoria de estos héroes y seguir trabajando por un país más justo y próspero», añadió.
El mandatario recordó el discurso histórico de Pedro Domingo Murillo, quien proclamó: «Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar», un mensaje que se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad y la autodeterminación.
El presidente hizo hincapié en la importancia de la unidad y la perseverancia, valores que, dijo, deben guiar al país hacia un futuro de justicia y equidad.
Durante la ceremonia, se rindió homenaje a los protagonistas de la revolución, destacando la participación de distintos personajes de diversas clases sociales, incluyendo a Juan Bautista Sagárnaga, Apolinar Jaen y Mariano Graneros.
«Sus esfuerzos y sacrificios nunca serán olvidados», afirmó Arce, «ya que ellos cimentaron los valores de libertad y soberanía que hoy defendemos con orgullo».
El jefe de Estado, paceño de nacimiento, también señaló la relevancia histórica de la participación de la población yungueña en la revolución, subrayando la inclusión de diferentes sectores de la sociedad en la lucha por la independencia.
«La revolución paceña fue un movimiento inclusivo, uniendo a personas de todas las clases sociales y regiones en una causa común», destacó.
En su discurso, hizo un llamado a los bolivianos para continuar trabajando juntos por un país más inclusivo y equitativo, recordando que la lucha por la justicia y la igualdad no ha terminado.
Fuente: Ahora El Pueblo