El ejercicio permanente del derecho soberano sobre los recursos naturales y la recuperación de las empresas estratégicas del Estado permitieron que Bolivia sea un país industrializador del gas, afirmó este sábado el presidente Luis Arce.
“En Bolivia, la Constitución Política del Estado Plurinacional establece el ejercicio permanente del derecho soberano sobre nuestros recursos naturales, la independencia para planificar y administrar estos recursos en beneficio de nuestro pueblo, así como la recuperación de las empresas estratégicas del Estado. Sobre esa base, hemos podido encaminar la industrialización de nuestros hidrocarburos y la producción de electricidad”, destacó en la VII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG).
Promulgada en 2009, la Constitución boliviana establece en el parágrafo primero del artículo 349 que los “recursos naturales son de propiedad y dominio directo, indivisible e imprescriptible del pueblo boliviano, y corresponderá al Estado su administración en función del interés colectivo”.
Antes, en 2006, se nacionalizó los hidrocarburos y se cambiaron los contratos con las empresas petroleras que operaban en Bolivia.
Gracias a la nacionalización, Bolivia captó una renta petrolera de $us 45.800 millones entre 2006 y 2022, superior a la renta petrolera acumulada de $us 3.206 millones que obtuvo durante la capitalización, entre 1993 y 2005, señalan datos del Ministerio de Hidrocarburos y Energías.
Estas políticas, afirmó Arce, posibilitaron que “hoy Bolivia sea un país industrializador del gas, generando valor agregado a este hidrocarburo y mayores ingresos para el Estado, en favor del pueblo boliviano”.
Como parte de ello, destacó la producción agrícola, a través de la producción de urea, uno de los fertilizantes más completos y demandados en el mundo.
De hecho, en 2023, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos registró una producción aproximada de 347.300 toneladas métricas (TM) de urea con lo que Bolivia se mantiene como el principal proveedor de ese fertilizante granulado en la región.
Si bien Argentina y Brasil también son países productores del fertilizante, ambos mercados fueron los principales destinos de la urea boliviana producida en la Planta de Amoniaco y Urea “Marcelo Quiroga Santa Cruz”, ubicada en la localidad de Bulo Bulo, del departamento de Cochabamba, que posee una de las mejores tecnologías en Latinoamérica.
Desde su reactivación, en septiembre de 2021, y con el mantenimiento realizado en 2023 para garantizar la continuidad operativa, la producción del complejo petroquímico fue más estable que en gestiones pasadas y a partir de septiembre de 2023 produjo al 85% de su capacidad instalada.
El agrofertilizante de YPFB contribuye a aumentar el rendimiento de los cultivos agrícolas, ayuda a garantizar la seguridad alimentaria del Estado y permite generar mayores ingresos para los productores agropecuarios del país.
“Actualmente, Bolivia trabaja para cubrir la demanda interna y externa de este componente tan importante, para fortalecer la cadena de producción agrícola que garantice la seguridad alimentaria global”, indicó Arce.
Dijo, además, que la política para el sector energético de Bolivia al 2050, “tiene en cuenta nuestras potencialidades, a largo plazo, con pilares claros como la energía confiable y sostenible, la industrialización, y la integración energética manteniendo nuestra posición en el mercado regional del gas”.